Los bloques Sharingan de Leo

Leo aprende que compartir sus bloques especiales es la clave para el trabajo en equipo y el éxito.

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El plan del gran desfile

En el Gran Parque de los Niños, Leo y sus amigos planean una carroza para el desfile del Día del Niño.

El sol brillaba sobre el Gran Parque de los Niños, un lugar lleno de las risas de los niños. Era casi el Día del Niño, y Leo y sus amigos, Maya y Sam, tenían una gran ambición: construir la carroza más increíble para el desfile. '¿Recuerdan nuestro viaje al Museo de los Niños de Seúl?', dijo Maya, con los ojos brillantes. '¡Deberíamos construir algo así de grande y creativo!'. Sam estuvo de acuerdo, dibujando furiosamente. Leo asintió, pero apretó una caja especial contra su pecho. Dentro estaban sus posesiones más preciadas: un juego de bloques de construcción de edición limitada con patrones en espiral únicos. Los llamaba sus 'bloques Sharingan', y nunca dejaba que nadie más los tocara.

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El dilema de compartir

La carroza del equipo parece sencilla, y Leo duda en compartir sus bloques especiales para mejorarla.

Días después, su carroza era solo un simple carro de madera. Le faltaba chispa. 'Leo, si tan solo compartieras tus bloques, podríamos hacerla increíble', suplicó Maya. 'Piénsalo como la economía colaborativa de la que hablan nuestros padres. Todos ponemos nuestras mejores cosas para crear algo mejor para todos'. Leo frunció el ceño. 'Estos son demasiado especiales. ¿Y si se pierden? Las decoraciones que tenemos están bien'. Sam suspiró, 'Pero queremos ser geniales, no solo estar bien. Todos los demás niños también están trabajando duro en sus proyectos'. El aire se cargó de decepción. La negativa de Leo a compartir les impedía alcanzar su meta, y el espíritu alegre de su proyecto comenzaba a desvanecerse.

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Un cambio de parecer

A solas, Leo reflexiona sobre su decisión y recuerda la importancia del trabajo en equipo y de compartir.

Mientras el sol comenzaba a ponerse, proyectando largas sombras por el parque, Leo se sentó solo. Miró su hermoso bloque Sharingan, y luego su triste y sencilla carroza. Sintió un nudo en el estómago. Sus amigos tenían razón. ¿De qué servía tener los mejores bloques si solo lo hacían sentir solo? Recordó las palabras de su maestra: 'Compartir es querer'. No era solo una rima tonta. Se dio cuenta de que la verdadera visión no era solo tener bloques especiales, sino tener 'ojos sharingan' para ver el panorama general: la felicidad de sus amigos y el éxito de su equipo. Proteger sus juguetes no era tan importante como proteger sus amistades. Se levantó, con una nueva determinación en su rostro.

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El triunfo del trabajo en equipo

Al compartir, Leo y sus amigos terminan juntos su espectacular carroza, listos para el desfile.

A la mañana siguiente, Leo llegó con su caja de bloques Sharingan bien abierta. 'Lo siento', dijo. '¡Hagamos de esta la mejor carroza de la historia!'. Los rostros de Maya y Sam se iluminaron. Con energía renovada, los tres niños trabajaron juntos. Los bloques de Leo se convirtieron en los ojos brillantes de un sol gigante, la pieza central de su carroza, que decidieron que era para una obra que inventaron llamada 'Hijos del Sol', una historia de esperanza no muy diferente a los cuentos del libro 'Hijos de los hombres' que su maestra mencionó una vez. Rieron y construyeron, su creatividad fluyendo libremente. En un lado, pintaron una pancarta que decía: '¿Cuál es un sinónimo de compartir? ¡Trabajo en equipo!'. Su carroza ya no era un simple carro, sino una obra maestra deslumbrante, un testimonio no de los bloques de Leo, sino de su amistad.

Moraleja de la Historia
La verdadera alegría y el verdadero logro provienen de compartir y trabajar junto con amigos, lo cual es más valioso que cualquier posesión personal.