Kael y la Luz del Corazón de Chrysalis
Una rana ayuda a una ciudad de insectos a resolver una crisis ambiental.
La Luz Moribunda

Kael, una rana dardo venenosa, era una vista inusual en Chrysalis. La mayoría de los animales de la selva tropical se mantenían a distancia de la ciudad tejida en el gigantesco árbol de ceiba, pero los insectos confiaban en la mente aguda de Kael. Hoy, esa confianza era un peso pesado. La Abeja Reina lo condujo al núcleo de la ciudad, donde la Luz del Corazón, un colosal hongo bioluminiscente, pulsaba con un brillo débil y enfermizo. "Nuestro poder se desvanece", zumbó, su voz tensa por la preocupación. "El zumbido de nuestra ciudad se está silenciando". Kael rodeó el hongo, sus ojos dorados escaneando cada detalle. Notó un fino polvo gris cubriendo las hojas cercanas, algo que no pertenecía a este vibrante mundo de animales y plantas de la selva tropical. Era una pista.
Los Archivos de las Hormigas

"Debemos consultar los archivos", declaró un sabio y anciano insecto palo, guiando a Kael hacia la Gran Biblioteca de las Hormigas. Aquí, la historia no estaba en libros, sino grabada en miles de hojas preservadas. "Muchos datos de animales de la selva tropical se guardan aquí", susurró el anciano. Buscaron registros de una Luz del Corazón fallida. Kael encontró una hoja compleja que parecía una especie de antigua 'hoja de trabajo de insectos', una herramienta de diagnóstico de una era olvidada. Descifrando los patrones, aprendió sobre pólenes invasores. "Este polvo", se dio cuenta Kael, "es un veneno". Los archivos también contenían fascinantes pergaminos sobre insectos en Corea, señalando cómo algunos, como la mariposa *Parnassius bremeri*, estaban increíblemente especializados. La palabra coreana para insectos, '곤충' (gonchung), estaba escrita junto a un dibujo. Esto no fue un accidente; fue un acto deliberado o un terrible error ecológico.
El Dilema Moral

Su investigación los llevó al borde de la ciudad. Allí, un grupo de hermosas, pero extrañas, flores púrpuras florecían, soltando el polvo de polen gris. La fuente. Pero un equipo de escarabajos soldado, del orden Coleoptera, se detuvo. Las flores estaban cubiertas de orugas y mariposas deslumbrantes, sus alas como vidrieras. "Es la *Parnassius bremeri*", suspiró el insecto palo, haciendo referencia al pergamino. "Una especie rara. Estas flores son su único alimento. Si destruimos las plantas para salvar nuestra ciudad, las extinguimos". Kael sintió una punzada de conflicto. Salvar a sus amigos significaba destruir a estas hermosas criaturas. Era una pesada elección moral, una verdadera prueba de liderazgo y responsabilidad.
La Solución Simbiótica

Kael miró de los escarabajos preocupados a las mariposas inocentes. La destrucción no era la respuesta. "No las destruiremos", anunció, con voz clara y firme. "Las moveremos". Su plan requería un intrincado trabajo en equipo. Él, uno de los animales de la selva tropical más reflexivos sobre los que los niños pueden aprender, dirigió la operación. Fuertes escarabajos soldado cortaron con cuidado las hojas que llevaban las orugas. Las arañas tejieron suaves cunas de seda para transportar las delicadas crisálidas. Las luciérnagas crearon un camino brillante hacia un bosquecillo de plantas anfitrionas nativas que Kael sabía que podrían sustentar a las mariposas. Fue un proceso lento y minucioso, una hermosa exhibición de diferentes insectos usando sus habilidades para un objetivo común y compasivo. Cuando la última larva fue movida, el zumbido de la ciudad comenzó a regresar, más fuerte que antes, y una nueva colonia de mariposas despertó en un hogar seguro.