Pip comparte los colores
Un Guardián Animal llamado Pip y sus amigos devuelven el color a un mundo gris.
El claro gris

Pip, un pequeño Guardián Animal, saltaba por el bosque. De repente, encontró un claro triste y gris. "¡Oh, no! ¡Todos los colores se han ido!", exclamó. Las flores y la hierba eran grises. Era un espacio de color muy triste. Un susurro, como los colores en el viento, le hizo cosquillas en las orejas.
Conociendo nuevos amigos

Una pequeña ardilla triste y un conejito soñoliento se acercaron. "Extrañamos los colores del arcoíris", sollozó la ardilla. Pip, siendo parte de la Sociedad de Guardianes de Animales, sabía que tenía que ayudar. "¡Trabajemos juntos!", dijo. "¡El susurro sonaba como una hermosa letra de colores en el viento, diciéndonos que compartamos!"
Compartiendo los colores

Pip abrió su pequeña mochila verde. Dentro había una sola baya roja y brillante. "Compartiré mi rojo", dijo. Tocó la baya con una flor gris, ¡y *puf*! La flor se volvió de un rojo brillante. La ardilla compartió una nuez amarilla y el conejito un pétalo de flor azul. Aprendieron que las palabras para los colores en coreano estaban escritas en una pequeña piedra que encontraron.
El arcoíris regresa

Compartieron todos sus colores. ¡Rojo, amarillo, azul y más! Pronto, todo el claro brillaba con todos los colores del arcoíris. Rieron y bailaron. "¡Lo logramos!", vitorearon. ¡Eran la mejor Red de Guardianes de Animales de todo el bosque!