El Gran Relevo del Guardián
Leo, el Guardián de los Animales, lidera una limpieza en equipo para que la carrera de relevos anual sea segura para todos.
Un Camino Peligroso

El aire en el Valle del Prado Soleado bullía de emoción por el Gran Relevo Anual. Leo, conocido en secreto como un Guardián de los Animales, podía sentir la emoción recorrer a su propio equipo. "¿Listo, Pip?", le susurró al conejo, cuya nariz se movía con rapidez. Squeaky la ardilla parloteaba desde una rama superior, y Barnaby el tejón emitió un gruñido de confianza. Pero su práctica se vio interrumpida cuando Swift, el explorador, regresó con noticias alarmantes. "¡Leo, la tormenta de la semana pasada arrastró basura por todo el sendero del bosque!", le gorjeó al oído. "Hay plásticos afilados y trozos de metal brillante por todas partes. ¡Es demasiado peligroso para las patas de Pip y las de Barnaby!". El corazón de Leo se hundió. Ya no se trataba solo de ganar; se trataba de mantener a sus amigos a salvo.
Un Plan de Acción

Leo corrió hacia los organizadores de la carrera, con su amiga Maya detrás. "¡El camino no es seguro!", explicó, describiendo los peligros ocultos que conocía por Swift. Pero los adultos, ocupados con sus portapapeles, solo sonrieron. "No te preocupes, hijo. Es solo un pequeño desorden". Maya lo miró con duda. "¿Estás seguro de que no estás simplemente nervioso por la carrera, Leo?", preguntó. La frustración burbujeó dentro de Leo. No entendían el problema real. Se volvió hacia su verdadero equipo. "No escucharán", declaró a sus amigos animales. "Así que tenemos que arreglarlo nosotros mismos. Lo llamaremos 'Operación Limpieza'. Es un tipo diferente de carrera, una carrera contra el tiempo para proteger nuestro hogar". Al ver la seriedad en sus ojos y los decididos asentimientos de los animales, la duda de Maya se desvaneció. "Está bien, Leo", dijo, dando un paso adelante. "Estoy dentro. ¿Qué hacemos?"
El Equipo de Limpieza

A la mañana siguiente, el bosque zumbaba con un nuevo tipo de energía. La 'Operación Limpieza' estaba en pleno apogeo. Barnaby el tejón usó sus fuertes hombros para apartar ramas pesadas, revelando basura escondida debajo. Squeaky, ágil y rápido, trepaba a los árboles para recuperar bolsas de plástico atrapadas en las hojas. Pip el conejo se lanzaba entre los arbustos, localizando escombros difíciles de ver. Leo y Maya trabajaron incansablemente, clasificando todo en bolsas separadas para reciclaje y basura. Fue un trabajo duro, pero ver el camino volverse seguro y hermoso los llenó de orgullo. Pronto, algunos otros niños de equipos competidores se acercaron. Al observar el increíble trabajo en equipo entre los niños y los animales, se sintieron avergonzados de su rechazo anterior y silenciosamente tomaron bolsas para ayudar.
La Verdadera Victoria

El día de la carrera llegó en un sendero prístino y seguro. El equipo de Leo era un borrón de coordinación perfecta. Pip pasó velozmente por el primer tramo, Squeaky dominó la sección de las copas de los árboles y Barnaby avanzó con fuerza por el medio campo. Cuando Maya le entregó el testigo a Leo para el tramo final, estaban codo a codo con el equipo líder. Lo único que quedaba era cruzar el arroyo. El viejo puente de troncos, debilitado por la tormenta, se tambaleó peligrosamente cuando pisó sobre él. Por un momento, el miedo se apoderó de él. Pero entonces, Swift descendió en picado, con una liana fuerte y gruesa en su pico. La pasó por encima de una rama robusta en el otro lado, creando una barandilla perfecta. Agarrándose a la liana, Leo cruzó a toda velocidad con una confianza renovada, cruzando la línea de meta apenas un pelo por delante de su rival. Estallaron los vítores, pero mientras su equipo, tanto humano como animal, celebraba junto, Leo supo que la verdadera victoria no era el trofeo. Era el bosque limpio, su increíble trabajo en equipo y la lección que todos habían aprendido.