Zorp y la Cascada Susurrante
Un alienígena y una luciérnaga se unen para salvar un bosque mágico.
Un Bosque Silencioso

Zorp, un simpático alienígena de tres ojos, aterrizó su nave espacial burbujeante en un hermoso bosque. Pero algo andaba mal. Las flores mágicas, que se suponía que debían brillar, estaban caídas y tenues. El bosque estaba demasiado silencioso. Una pequeña y triste luciérnaga llamada Flicker revoloteaba cerca. "Nuestra Cascada Susurrante se ha detenido", zumbó con tristeza. "Sin su agua, las flores no pueden brillar".
Un Plan Valiente

Flicker señaló con una patita hacia una cueva oscura. "El agua empieza ahí dentro. Pero... ¡me da miedo la oscuridad!" Zorp sonrió y sus dos antenas comenzaron a brillar como soles cálidos y brillantes. "¡No te preocupes! Puedo ser tu linterna", dijo amablemente. La pequeña luz de Flicker parpadeó con esperanza. "¿De verdad? ¡Entonces vamos! ¡Juntos!"
La Gran Roca

Dentro de la cueva, la luz de Zorp hacía que las paredes de cristal brillaran con arcoíris. ¡Era hermoso, no daba miedo! Siguieron un camino seco hasta que encontraron el problema: una roca gigante y redonda tapaba el manantial, como un corcho en una botella. Zorp empujó con una mano. Nada. Empujó con dos manos. Seguía sin moverse. Empujó con sus tres fuertes brazos de alienígena, pero la roca no se movió ni un centímetro.
¡A la Una, a las Dos...!

"¡Tengo una idea!", pió Flicker. Salió zumbando de la cueva y regresó con cientos de sus amigos luciérnagas. ¡Toda la cueva se iluminó como si fuera de día! "¡Muy bien, todos!", gritó Zorp. "¡Empujemos juntos!" Zorp empujó por un lado, y el enorme equipo de luciérnagas empujó por el otro. "¡A la una, a las dos y a las tres!", gruñeron todos. ¡Con un fuerte ESTRUENDO, la roca gigante rodó y se apartó!
El Bosque Canta de Nuevo

¡Zas! El agua brotó del manantial, creando la Cascada Susurrante una vez más. Zorp y Flicker corrieron afuera. Vieron cómo las flores sedientas bebían el agua mágica. Una por una, comenzaron a brillar, llenando el bosque de una luz suave y un zumbido feliz. Zorp y Flicker se miraron y sonrieron. Habían salvado el bosque, juntos.