Nubecita Chispa, la Nube que Ayudó

Una nube pequeña supera el miedo para traer lluvia.

1

Un mundo sediento

Chispa observa el mundo seco y triste.

Chispa era una nubecita, tan suave y blanca como un gatito esponjoso. Le encantaba flotar alto en el cielo, observando el mundo de abajo. Pero hoy, el mundo se veía triste. El sol había estado brillando durante muchos días, y la hierba se estaba volviendo marrón. Las flores inclinaban sus cabezas y los árboles parecían sedientos. Chispa también se sintió un poco triste. "Oh, cielos", se susurró a sí mismo, "ojalá pudiera ayudar a esas plantas sedientas". Pero él era solo una pequeña nube y no sabía cómo hacer llover solo.

2

Encuentro con las Nubes Grandes

Chispa se siente indecisa cerca de las nubes grandes.

De repente, Chispa vio grandes nubes oscuras reuniéndose en la distancia. ¡Parecían enormes y un poco aterradoras! Retumbaron suavemente, como gigantes dormidos. "¿Van a hacer una tormenta?" se preguntó Chispa, sintiendo un pequeño escalofrío. Una nube sabia y vieja, más grande que Chispa pero con bordes amables y suaves, se acercó. "No temas, pequeña Chispa," retumbó la vieja nube suavemente. "Nosotras, las nubes grandes, nos estamos reuniendo para traer lluvia. Necesitamos muchas de nosotras trabajando juntas."

3

Trabajando Juntos

Chispa se une valientemente a sus nuevos amigos nube.

La sabia nube vieja explicó cómo las diminutas gotas de agua dentro de ellas podían unirse para convertirse en gotas más grandes, lo suficientemente pesadas como para caer como lluvia. "Incluso una nube pequeña como tú puede ayudar", dijo animadoramente. Chispa respiró hondo. Observó cómo las nubes grandes comenzaban a girar y chocar suavemente, recogiendo cada vez más diminutas gotas de agua. Chispa decidió ser valiente. Él también comenzó a girar, recogiendo todas las pequeñas partículas de humedad a su alrededor, sintiéndose un poquito más pesado. ¡Estaba trabajando con sus nuevos amigos nube!

4

La Lluvia Alegre

La lluvia cae, devolviendo la vida al mundo.

Pronto, el cielo se llenó de nubes grises y felices. Chispa sintió un maravilloso retumbar dentro de él, para nada aterrador, sino como una canción alegre. Entonces, ¡plip-plop, plip-plop! Las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer. El suelo sediento lo bebió todo, y las flores levantaron sus caras hacia el cielo. Los árboles se balancearon alegremente. Chispa vio cómo el mundo de abajo se volvía verde y fresco de nuevo, sintiéndose muy orgulloso. ¡Él había ayudado! Aprendió que incluso una nube pequeña, trabajando con amigos, puede marcar una gran diferencia y traer alegría al mundo.

Moraleja de la Historia
Incluso los amigos pequeños, trabajando juntos, pueden marcar una gran diferencia y ayudar a los demás.