El Astronauta Leo y los Colores Cambiantes de la Tierra
El astronauta Leo explora las estaciones de la Tierra.
El Astronauta Curioso

Al astronauta Leo le encantaba volar entre las estrellas. Su nave espacial, el 'Explorador Estelar', era su hogar. Pero cada vez que orbitaba la Tierra, veía cómo sus colores cambiaban. A veces era un verde brillante, luego un cálido naranja y rojo, y después un blanco resplandeciente. '¿Qué hace que la Tierra cambie su manto tan a menudo?', se preguntó, rascándose el casco. Se sentía un poco lejos de toda esa magia.
El Suave Aterrizaje del Otoño

Un día soleado, Leo decidió averiguarlo. Aterrizó suavemente su 'Explorador Estelar' en un bosque lleno de hojas doradas. '¡Guau!', susurró al salir. El aire olía fresco y dulce. Hojas rojas y naranjas danzaban cayendo como pequeños paracaídas de colores. Una pequeña ardilla, parloteando emocionada, parecía estar recogiendo nueces. Leo observó, asombrado. '¿Es esta la manta acogedora de la Tierra?', pensó. Pero pronto, el aire se volvió más frío, y más hojas cayeron, haciéndole preguntarse qué pasaría después.
El Susurro Helado del Invierno

Justo cuando Leo se acostumbraba a los colores cálidos, ¡empezó a caer una suave nieve blanca! Todo se volvió blanco y brillante. '¡Brrr, hace frío!', se estremeció, incluso con su traje especial. Un pajarito azul en una rama desnuda parecía triste. 'Pío, pío, ¿dónde están las bayas? ¿Cuándo volverá el sol cálido?', parecía preguntar. Leo sintió una pequeña preocupación. ¿Volverían alguna vez los colores? Se dio cuenta de lo importante que era cada cambio y quiso ayudar al pajarito a encontrar su calor y comida.
El Secreto de la Tierra y una Mano Amiga

Leo miró al pájaro triste y luego a los grandes y adormilados árboles. Le ofreció suavemente al pájaro una baya espacial especial. Entonces, una voz suave y retumbante pareció venir del suelo. '¡No temas, pajarito, y curioso astronauta!' Era un roble muy viejo y sabio. 'La Tierra simplemente se inclina y gira alrededor del sol, trayendo diferentes estaciones. El invierno hace que la Tierra descanse, lista para el nuevo crecimiento de la primavera'. El árbol le mostró a Leo cómo. ¡La comprensión le llegó a Leo! Se dio cuenta de que las estaciones eran una hermosa danza, no una desaparición.
Una Promesa a la Tierra

Con esta nueva comprensión, Leo se sintió alegre. Ayudó al árbol quitando suavemente algo de nieve de sus raíces, imaginando los pequeños brotes verdes debajo. Incluso tarareó una alegre melodía espacial. '¡Las estaciones de la Tierra son asombrosas!', declaró. El pajarito cantó una melodía feliz. Leo sabía que era hora de volver a las estrellas, pero ahora observaría la danza de las estaciones de la Tierra con un nuevo tipo de asombro, llevando consigo la calidez de su aventura terrenal. Prometió visitar de nuevo.